El barrio del Castello es el barrio más simbólico de Cagliari y el lugar donde reside el espíritu medieval de la ciudad, con sus imponentes murallas y las majestuosas torres de San Pancrazio y del Elefante.
Sus estrechas callejuelas, llenas de talleres de artesanos y antiguos palacios señoriales permiten retroceder nuestra imaginación a tiempos remotos.
En este barrio se encuentran monumentos de gran atractivo turístico como las iglesias de San Giuseppe, Santa Croce, Santa María del Sacro Monte y la iglesia de la Purissima, además del Palazzo Viceregio, el Bastión de Saint Remy o el Museo Arqueológico Nacional.